junio 23, 2011

Letras Rojas: "Donde está tu tesoro..."



"Vendan sus posesiones y den a los que pasan necesidad. ¡Eso almacenará tesoros para ustedes en el cielo! Y las bolsas celestiales nunca se ponen viejas ni se agujeran. El tesoro de ustedes estará seguro; ningún ladrón podrá robarlo y ninguna polilla, destruirlo. Donde esté su tesoro, allí estarán también los deseos de su corazón"
Lucas 12:33-34 (N.T.V)

Si pudieras averiguar en qué he gastado mi dinero los últimos seis meses, en primer lugar tendrías un problema conmigo por meterte en mi privacidad, pero también tendrías una idea bastante clara de las cosas que me importan. Es así de sencillo: aquello en lo que inviertes más dinero es típicamente lo que más te importa, lo que más amas. 

Las opciones son infinitas, pero si echas un vistazo a tu presupuesto, podrías encontrar que tu más grande tesoro es tu comodidad, o tu imagen; la diversión o tu auto; tal vez ni si quiera es algo tan "real" como lo anterior y lo que más te importa es tu colección de juegos para tu consola o créditos/dinero ficticio en un juego vía internet.

CAUSA - EFECTO
Casi siempre se menciona esta enseñanza de Jesús, con el énfasis en que seamos generosos en la tierra, para recibir tesoros en el cielo cuando lleguemos allá, y efectivamente ¡Jesús nos está prometiendo eso! Pero hay otro elemento que se pasa por alto: el efecto que tiene en nuestros afectos el uso de nuestras finanzas y viceversa.

¿ANÁLISIS FINANCIERO O DEL CORAZÓN?
Lo que Jesús nos enseña con estas palabras, es que el uso de nuestros recursos económicos afectará drásticamente nuestras prioridades y deseos. Donde gastes más, allí depositarás más de tu corazón. Si el uso de tus finanzas se reduce a motivos terrenales, tu corazón se apegará a cosas terrenales.

Incluso podrías amar el dinero porque lo consideras la fuente de tu provisión, pero esto es mentira, pues la fuente de nuestra provisión es Dios. Todo lo que tenemos es un medio por el cual podemos rendir adoración a nuestro generoso Dios, que nos ha dado TODO. Si no lo estamos haciendo, significa que somos malos mayordomos y por tanto, malos adoradores. Deja de ver el dinero o tus posesiones como la fuente de tu seguridad, ¡Porque no lo son!; deja de ver tus recursos como un fin que debes perseguir y comienza a verlos como lo que son: un medio por el cual traemos gloria y adoración a nuestro verdadero tesoro.

DIOS ES NUESTRO TESORO
Si Dios es nuestro más grande tesoro, entonces lo reconoceremos como la fuente de la que brota todo lo que necesitamos, aún económicamente. Él tiene cuidado de nosotros, Él es nuestro buen pastor, Él es nuestro proveedor, el que sacia de bien nuestra boca y nos sustenta, Él es el principio y el fin, Él lo es todo para nosotros. Si esto es así en tu vida, entonces tu corazón y tus deseos estará totalmente en Él y se reflejará en la manera en que percibes y usas tus finanzas.

Di a los ricos que no sean orgullosos y que no depositen sus esperanzas en las efímeras riquezas de este mundo sino en el Dios vivo, quien siempre nos proporciona todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 
1 Timoteo 6:17 (NBD)

-Lenin Gutiérrez
-Twitter: @lenux_reloaded